Varias  noticias:

  Para profundizar en genética, vamos a comentar algunas noticias relacionadas y, posteriormente, haremos un breve comentario sobre cada una de ellas.

  Primera noticia:

  "Nos gusta creer que todos nacemos iguales. Es una idea más romántica que pensar que nacemos con algunos dados ya tirados". "Si asumimos nuestras tendencias genéticas, nuestra mirada hacia la vida se volverá más humana y comprensiva". Aunque esta situación es solo hipotética, las increíbles coincidencias que se dan entre gemelos univitelinos adoptados por diferentes familias ¡son del mismo calibre!

  Un ejemplo de gemelas univetelinas es el siguiente:



  Una de las pruebas de que a los humanos nos cuesta creer en la determinación de los genes es la feroz crítica de la que son objeto los expertos que la defienden. Un ejemplo lo constituyen aquéllos que sostienen que las diferencias en los test de inteligencia entre los estadounidenses negros y blancos se deben no sólo a causas ambientales, sino también a diferencias genéticas. Un colectivo a quien también le cuesta admitir las diferencias genéticas, en este caso entre hombres y mujeres, lo constituyen algunas feministas. En algunos casos han llegado a afirmar que todas las diferencias de género, excepto las anatómicas, se deben a los diferentes roles que nos otorga la sociedad.

  Son incontables las investigaciones que demuestran que muchas de las diferencias entre hombres y mujeres hunden sus raíces en los genes. Salimos del útero materno ya con nuestras tendencias.

  He aquí un escalofriante ejemplo: Este suceso ocurrió en Estados Unidos y el protagonista de la historia fue un niño de ocho meses que perdió el pene en una circuncisión mal hecha. A sus padres les aconsejaron que dejaran que los médicos castraran a su hijo y que le implantaran una vagina artificial. Eso hicieron, y a su "hija" nunca le contaron lo sucedido. Años más tarde, se publicaba que "Brenda" (en realidad, Bruce) avanzaba en su infancia como una auténtica niña. Eso era lo que la sociedad y los mismos padres deseaban creer, pero la verdad era que desde muy pequeña Brenda se sentía un niño atrapado en un cuerpo de niña. Rasgaba los vestidos, rechazaba las muñecas y prefería las armas, le gustaba jugar con chicos e insistía en orinar de pie. A los 14 años decidió que o bien vivía como un niño, o bien se quitaba la vida. Finalmente, su padre le contó la verdad. Se sometió a una serie de operaciones para volver a asumir su identidad masculina y hoy está casado con una mujer. De aquí deducimos que la educación no lo es todo.

  Cuando hablamos de los rasgos físicos, el peso de la herencia nos parece evidente. En las psicopatologías, la herencia también juega un papel. Tener un hermano gemelo univitelino que padezca esquizofrenia, autismo, dislexia, depresiones graves, trastorno bipolar, trastorno obsesivo compulsivo... es lo que, principalmente, determina que también nosotros padezcamos esa psicopatología aunque esto no significa que lo seamos seguro con el 100% de probabilidades. La genética no nos determina totalmente; siempre el ambiente, lo que vivimos, influye en alto grado.

  En los numerosos estudios que se han realizado estudiando gemelos univitelinos adoptados por distintas familias (muchas veces incluso de países diferentes) se ha podido comprobar que sus capacidades y características psicológicas se parecen muchísimo más entre ellos que entre hermanos no gemelos educados por los mismos padres. La genética determina, en cierto grado, nuestro carácter.

  Las evidencias del peso de los genes en nuestra personalidad no sólo proviene de investigaciones realizadas con gemelos univitelinos. Otro de los aspectos evaluados era el rasgo de ansiedad; esto es, si eran personas nerviosas o tranquilas. Para ello analizaron el gen responsable de transportar la serotonina (un neurotransmisor que juega un papel primordial en la inhibición del enfado), éste tiene dos versiones: una larga y otra corta. Lo que observaron fue que los participantes que habían heredado una versión corta eran más nerviosos que los voluntarios que habían recibido de ambos progenitores la versión larga. Este gen determinaba su ansiedad.

  Por otro lado, muchos psicópatas muestran violencia desde la infancia; son incapaces de empatizar, sentir remordimientos, torturan a los animales, pegan a los demás niños... La mayor parte de los especialistas piensan que existe una clara predisposición genética. La violencia, en parte, la tejen los genes aunque también se vea condicionada por la educación recibida durante la infancia.

  Comentario:

  Como conclusión de esta noticia podemos apuntar que la mayoría de los comportamientos humanos, además de verse condicionados por la educación recibida, están fundamentalmente relacionados con ciertos genes transimitidos de generaciones anteriores. Al igual que éstos, también algunas patologías (tanto físicas como psíquicas) son transmitidas mediante genes. Este hecho se ve claramente en gemelos univitelinos ya que aunque éstos hayan sido educados en ambientes distintos y por familias distintas, sus comportamientos y patologías son bastante similares.