Para conocer estos genes dominantes y recesivos, vamos a estudiar los caracteres más frecuentes de transmisión.
Al estudiar el carácter del color de ojos ya sabemos que es un carácter hereditario influído por varios genes que regulan la cantidad de melanina del organismo animal. Según las combinaciones de estos genes, el color puede ser: ámbar, miel, marrón, azul, verde o gris. Para el color de los ojos existen genes que los determinan, siendo los colores oscuros los genes dominantes y los colores claros los genes recesivos. Cada individuo tiene una información genética doble compuesta por 50% de la madre y 50% del padre, cuando existe un gen dominante 50% y uno recesivo 50%, se manifiesta el dominante. Sólo se manifiesta el gen recesivo cuando los dos genes 50% son recesivos.
Nuestro caso, por ejemplo, es de una con los ojos azules, producto de madre de ojos azules y padre de ojos azules; y otra con los ojos marrones, producto de ambos padres con ojos marrones.
También es frecuente la transmisión del color del pelo. Hay dos tipos de pigmentos que dan al pelo su color: eumelanina y feomelanina. La eumelanina es negra y marrón mientras la feomelanina es roja. El aumento de eumelanina en el pelo detremina su oscuridad. Una baja concentración de elumelanina marrón en el pelo le hará ser rubio, mientras que más eumelanina marrón le dará un color marrón (también llamado color castaño). Mucha mayor cantidad de eumelanina negra resultará en pelo negro, y una baja concentración de eumelanina negra en el pelo lo convertirá en gris.
En este caso, también el dominante es el color oscuro, es decir, el marrón. Una de nosotras es rubia pero sus progenitores no son los dos rubios, sino uno rubio y otro moreno y el producto es el carácter recesivo en este caso. Esto no es lo más frecuente pero sí posible. Y la otra es morena, porque sus padres son morenos, el caso más común.

